Casualidad
Soy creyente que cada persona en nuestra vida tiene un propósito, no creo que conozcamos gente al azar, no creo que el universo coloque personas sin un motivo en nuestro camino, aunque a veces me cuestiono la razón de cada persona en nuestra vida.
Por ejemplo, tú y yo, si alguien me hubiera preguntado el día que te conocí sí creería que algún día estaría teniendo sexo contigo en la parte trasera de tu carro, o a las 3 de la mañana en mi apartamento, hubiera respondido que no.
Porque el día que te vi por primera vez yo estaba enamorada de alguien más, al igual que tú, porque yo estaba en mi plena adolescencia y tú entrando a tus 20’s, pero creo que la razón principal sería que jamás te fijarías en alguien como yo, tan alocada, tan espontánea, tan sin filtro, tan yo.
Pero algunos años después la vida, el universo, nosotros o una simple casualidad nos hizo coincidir, o más que coincidir, nos hizo coger, follar, tener sexo, como le quieras llamar, pero definitivamente alguna fuerza más grande que yo me llevó a estar encima de ti.
Para ser franca esperaba más de nosotros, de nuestra casualidad, esperaba una química extraordinaria, pero solo fue sexo, aburrido, incómodo y sin orgasmo, por lo menos para mí y lo curioso de todo esto es que cuando tengo mal sexo, huyó, porque donde nada fue memorable la primera vez, ¿por qué lo sería la próxima? sin embargo, la idea de que no coincidimos al azar con las personas en nuestras me empujo a buscarte, y algo me dice que una fuerza similar te empuja a cogerme a veces.
Después de varios meses analizando el propósito tuyo en mi vida, me hizo cuestionarme ¿por qué seguimos jugando a que yo te busco y tú lo piensas? Seamos realistas, cuando dos personas tienen buen sexo solo se buscan para eso y listo, pero por alguna razón tú huyes para luego terminar en mi cama, tú me dcies que no para luego ceder, tú juegas a ignorarme para luego buscarme.
Así que concluí que aquí, entre tú y yo, no hay amor, ni química, ni sexo increíble y frecuente, solo yo buscando una razón de nuestros encuentros y tú aprovechandoté de mi posición, teniendo sexo no memorable conmigo cuando no lo puedes tener con la persona por la que buscas una razón de tus encuentros con ella.
Porque tal vez hay una fuerza más grande que coincidir con alguien en la vida, y es el no coincidir, que nos obsesiona y nos empuja a buscar aquello que no es increíble pero cómo es aceptable, necesitamos darle un propósito en nuestra vida.
Bombas
Definitivamente no sé construir bombas para hacer explotar una ciudad entera, pero sí las sé escribir, sé escribir el tipo de bombas que con las palabras adecuadas pueden romper a su lector, el tipo de bombas que contiene las palabras exactas y precisas para destrozar de adentro hacía fuera a su lector, pero jamás para aniquilarlo.
Tal vez esta habilidad personal no es tan personal y todos sabemos escribir bombas para lanzarlas, lanzarlas para sobrevivir una guerra de palabras en un a discusión, para lastimar a quién nos lastimó, o porque a veces lo que no se dice un día se vuelve una bomba que no logramos guardar más y la lanzamos para explotar. Tal vez sé escribir bombas porque no las sé hablar o quizás solo es un patrón familiar que he arrastrado hasta mis 20’s años, probablemente soy buena escribiendo para herir a otros porque de pequeña veía a todos gritando sus bombas viendo quién caía primero en esta guerra llamada discusión, viendo quién gritaba más fuerte, quién sobrevivía a sus traumas expuestos, a sus dolores, a sus heridas sin cerrar. Tal vez perdí tantas veces esta guerra de pequeña, que ahora que tengo esta habilidad en manos jamás me permitiría salir lastimada, tal vez no me estoy protegiendo a mi, tal vez estoy protegiendo a mi yo de 3 años que no tenía voz ni voto, que no sabía de palabras crueles y heridas abiertas, a mi yo que le explotaron bombas en la cara que nunca le correspondieron.
Tal vez somos hirientes con otros porque es la única forma de no salir heridos nosotros, pero cuando amamos a alguien, no importa que tan pequeña sea la bomba, siempre explota a matar, porque es un riesgo que tomamos al abrir nuestro corazón, sin embargo, he leído varias bombas a lo largo de mi vida, de esas donde mi familia dice que estoy muerta para ellos, esas que dicen que no merezco ser amada, las bombas que empiezan con un “no fue mi intención hacerte esto pero” y también bombas silenciosas, donde puedes ver como escriben y escriben, pero nunca llega y puedo asegurar que la más dolorosa fue la de que escribió uno de los amores de mi vida, ella en acto de defensa, supervivencia, enojo o simple maldad tocó un material que nunca se toca para fabricar bombas, ella utilizó el más intoxicante y peligroso material con él que pudo escribir su bomba para mi, ella decidió tomar mi peor herida y tirarla a explotar, ella toco una herida que lleva abrierta toda mi vida, una herida que ni la terapia podría cerrar, ella habló de mi relación con mi familia, abiertamente me culpó como el problema de no encajar en mi pequeña familia disfuncional.
Ella olvido la regla número uno a la hora de escribir bombas, nunca utilizamos materiales en la clasificación de "estuve deprimida y en terapia por este tema" jamás se utilizan los materiales que se llevan arrastrando toda la vida, nunca se utiliza un material que sabemos que fue el detonante de la salud mental de alguien, no utilizamos materiales que sabemos que podrían aniquilar a alguien, porque al final en una guerra de palabras, elegimos las que sabemos que lastimarán a nuestros oponentes, pero jamás las que los podrían matar.
Así que me cuestione ¿ella me quiso lastimar o matar? porque no habría otra razón para sacar a guerra mi peor dolor, mi material explosivo, mi herida abierta, mi bomba nuclear.
Verdades, dolorosas pero necesarias para el cambio, necesarias para abrir los ojos, necesarias para comprender, a nadie le agradan las verdades, incluso son difíciles de decir, de aceptar, de escuchar. Las verdades son para valientes, y es por está razón que creo justo y necesario decir una verdad que llevo meses intentando ocultar, aparentar e incluso, ignorar.
A necesidad de un cambio drástico en nuestra relación sin nombre, creo que decir mi verdad podría traer un cambio, podría abrirnos los ojos, podría ayudarnos a comprender o podría romper todo, pero como lo dije anteriormente, las verdades son para valientes, y como no quiero ser una cobarde y menos en el amor, te digo que hay ciertas cosas que no te he dicho por miedo a perderte, que muchas de estas palabras me las trago en la boca pero mis ojos te las gritan al verte, que no quiero tener más sexo sin conexión, o en mi caso, ignorando la misma, para no asustarte con la química que podría explotar entre nosotros, la verdad es que quiero empezar a hacer el amor, quiero que vayamos a bailar, quiero contarte sobre mi día, quiero amarte.
Estoy cansada de jugar a los amantes y la verdad es que quiero más, más de ti, de mi y de nosotros, quiero que me hagas el amor cada mañana al despertar y cada noche antes de dormir, la verdad es que siempre me has gustado y durante mucho tiempo me lo guarde, pero en el juego de los valientes, guardarse sentimientos no fue el inicio de un gran historia, de un gran amor, de un gran cambio.
Así que me declaro enamorada de mi amante, enamorada de como se ve fumando, enamorada de la forma en la que sonríe mientras tenemos sexo, enamorada de como se ve con un trago en la mano, enamorada de los anillos en sus manos, enamorada de su camisa blanca, enamorada de como se ve al manejar, enamorada del olor de su piel, enamorada de lo poco que conozco de él y probablemente enamorada de lo que vaya a conocer.
Estoy enamorada de ti, y podría subirme a una mesa a gritarlo, quisiera hacer un anuncio en el períodico local para que todos sepan que muero de amor por ti, quiero recitarte cada razón por la que me encantas, quiero decirte cada día de mi vida que contigo lo intentaría hasta que nos salga bien, quiero amarte en cada forma en la que se puede amar, amarte como lo necesitas, amarte como lo mereces.
Y aunque mi acto de valentía no logre una gran historia para mi, espero que si motive a otros a ser valientes, valientes aunque no ganen, valientes aunque duela, valientes antes que cobardes, porque en el juego de la vida, nadie gana sin apostar.
Espero que mi acto de amor, motive una cadena de actos de amor que desaten amor verdadero en cada esquina del mundo, espero que sus actos de amor motiven a otras a hacer sus propios actos de amor, espero que nunca sean cobardes por miedo a perder, porque solo con no intentarlo ya se está perdiendo, espero que vivan su vida amando muchísimo, porque la gente valiente ama, la gente valiente grita sus verdades.
El cuerpo que protege mi alma
Después de veinte años de relación conmigo misma, logré concluir que estoy agradecida por la mujer que soy, agradecida del amor propio que me abraza para amar mi cuerpo desnudo, para ponerme la ropa que quiera e ir a comerme el mundo, orgullosa del cuerpo que protege mi alma.
Me siento agradecida por la educación y guía sexual que tuve durante mi adolescencia por parte de mi mamá, porque gracias a esto he sido responsable con mi sexualidad, porque gracias a mi madre nunca me sentí pérdida ni mal por gozar de mi vida sexual, gracias a ella que se tomó el tiempo de hablarme sobre sexo sin pelos en la lengua pude entender lo importante y necesaria que es la vida sexual.
Gracias a todas las madres que guían a sus hijas para que sean mujeres libres, para que jamás sean el tipo de mujeres que señalan a otras por saber hablar de sexo sin miedo, sin pena, sin dudas.
Estoy agradecida de mi cuerpo que cubre mi alma tan libre, tan loca, tan fuerte, mi alma que nunca se ha sentido reprimida ni asustada por ser como soy, agradecida que a mis veinte años he entendido algo que a la mayoría de personas entiende mucho después, jamás señalar a los demás sin antes conocer la historia de su cuerpo y alma.
Agradecida por mi infancia, que la disfruté muchísimo, que gocé cada segundo de mi niñez y crecí a mi paso, y estoy aún más agradecida por mi adolescencia, que sí es cierto que tuve que crecer un poco más rápido que la mayoría, jamás cambiaría eso, jamás cambiaría la mujer que soy, la mujer que me convertí.
Agradecida por mi alma tan transparente, que siempre ha sido mi mejor atributo, mi alma tan sincera y mi personalidad sin filtro, agradecida de que mi madre me enseñó a amarla, agradecida por ser la mujer que soy.
Agradecida con mi “sexualidad apresurada” que fue el salvavidas de mis amigas sin una guía, sin una educación sexual, sin una vida sexual libre y sin tabús, porque muchas veces fui yo quién las llevó por una prueba de embarazo, mi yo adolescente fue quién les habló de métodos anticonceptivos a mis amigas sin una guía, fue esta educación y libertad sexual la que les enseñó a mis amigas que ellas tienen voz y voto en las relaciones sexuales, que el sexo es para disfrute de ambos, que está bien decir no, que está bien preguntar y hablar sobre el tema.
Agradecida con mi cuerpo que me ha permitido vivir experiencias increíbles, liberadoras, únicas, y aún más agradecida con mi alma por aprender de cada una de estás experiencias, agradecida por mi cuerpo y alma.
Porque como no amaría el motor de mi vida, así que para todas las mujeres que lean esto, les quiero decir que tenga sexo o no, que se pongan la ropa que quieran cuando quieran, que descubran todo el potencial que no conocen aún de su cuerpo, que se informen y se eduquen, y asimismo, puedan educar y guíar a aquellas amigas que se sienten pérdidas, quiero que todas se tengan autocompasión, quiero que amen su cuerpo y alma con cada parte de su ser, quiero que jamás se sientan avergonzadas por ser libres, por pensar diferente, pero sobre todo, por ser diferentes.
Pero lo que más quiero mis niñas, es que disfruten su vida, como les plazca, que disfruten tanto su vida que a los demás les incomode lo suficiente para hablar de eso, quiero que gocen tan fuerte que los demás tengan que buscarles algo negativo, quiero que vivan su vida de una manera extraordinaria, porque al final de cuentas, somos pocas las mujeres que vivimos la vida como la mayoría quisieran, sin miedos. Estoy agradecida por ser está “niña”
Prefiero, tal vez, espero
Prefiero no tener tu amor, prefiero no tenerte, prefiero extrañarte por tu ausencia que por una presencia a la mitad, prefiero vivir con el peso de que no llegamos a nada a vivir siendo nada, prefiero morir por nuestro final que por un inicio que jamás empezará.
Tal vez no sea fácil olvidarte, no eres el tipo de hombre que se olvida de un día para otro, tal vez me duela nuestro adiós, eres el tipo de hombre que deja huella en cada mujer que toca, tal vez jamás encuentre alguien como tú, pero sí hay algo que tengo seguro, es que eres el tipo de hombre que me extrañará cuando no me tenga más, no es la primera vez que trato con tipos como tú, no es la primera vez que me voy en busca de un nuevo amor, no es la primera vez que un hombre no sabe apreciar la mujer que soy, no es mi primera vez en el juego de los “casi algo”.
Así que espero que no me busques cuando me veas bailando con mi vestido negro en las fiestas, espero que no me escribas en la madrugada para ver que hago, espero que te duela todo lo que a mí me ha dolido, espero que te confunda la ola de sentimientos que vendrán a tú vida con mi partida, espero que se te olvide el olor de mi piel y eso te enloquezca, espero que estés tan desesperado por recuperarme que te sientas fuera de lugar, espero que todo lo que yo sentí durante un año intentando entenderte, lo sientas tú intentando recuperarme.